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'Menendez': los hermanos que mataron a sus padres para quedarse con la fortuna familiar

  • Martes 9 de noviembre de 2021
  • 13:28 hrs

Erik de 18 años y Lyle Menendez de 21, dispararon a quemarropa y mataron a sus adinerados padres en 1989 para quedarse con la fortuna que ellos poseían.

Los hechos ocurrieron en la propia mansión de las victimas José y Kitty Menendez, en Beverly Hills, California.

El padre, un ejecutivo de Hollywood de 45 años, recibió seis disparos con una escopeta que sus hijos habían comprado días antes del ataque, mientras que la madre recibió 10 balazos.

El crimen conmocionó a Estados Unidos y los juicios a los que los hermanos fueron sometidos se efectuaron en 1993 y 1995, estos llamarón la atención de los medios nacionales e internacionales.

Incluso, el estremecedor caso fue llevado a la televisión por A&E con el documental de 2017 The Menendez Murders: Erik Tells All, donde se vuelve a examinar en detalle todo lo ocurrido.

Se muestra en una entrevista exclusiva a Erick, quien se sincera y habla de su vida, y explica cómo y por qué él y su hermano asesinaron a sus padres.

Una denuncia realizada por la novia de un psicólogo que había estado tratando a Erik, quien avisó a la policía que el joven había amenazado el terapeuta, permitió arrestar a los hermanos.

Ambos fueron condenados a cadena perpetua y, como cómplices en el crimen, las autoridades los separaron en 1996 por el supuesto riesgo de que se escaparan, informó ABC News.

Durante sus juicios, hubo dos explicaciones opuestas del motivo del crimen. Los fiscales argumentaron que los jóvenes habían matados a sus exitosos padres para heredar su patrimonio multimillonario.

Mientras que los abogados defensores afirmaron que el asesinato había sido por una venganza por el abuso sexual al que supuestamente los sometía el padre, una tesis que nunca se pudo demostrar en tribunales.

Las restricciones de seguridad de Lyle disminuyeron y fue trasladado a una correcional RJ Donovan de San Diego, donde está su hermano.

De esta manera ambos se reencontraron en prisión tras 22 años separados. El penal además les permite a los reclusos interactuar entre ellos.

Actualmente Lyle tiene 53 años y Erick 50. Se espera que ambos pasen el resto de su vida en prisión.