Suprema condena al Fisco a indemnizar a familiares de víctima de accidente del CASA 212
- Sábado 30 de mayo de 2020
- 10:30 hrs
- Autor: B.R.M.
Los restos rescatados del avión CASA 212.
El fallo obliga al Estado a pagar más de $1.200 millones a la esposa y cuatro hijos de una de las 21 víctimas del accidente aéreo en el archipiélago Juan Fernández.
La Corte Suprema condenó al fisco a pagar una indemnización total de $1.286.660.160 a los familiares de una de las 21 víctimas del accidente de un avión Casa 212 de la Fuerza Aérea, registrado en el archipiélago Juan Fernández, el 2 de septiembre de 2011.
En la sentencia la Tercera Sala del máximo tribunal –integrada por los ministros Sergio Muñoz, María Eugenia Sandoval, Ángela Vivanco, Jorge Zepeda y el abogado (i) Jorge Lagos– acogió recurso de casación y ordenó pagar $536.600.160 (quinientos treinta y seis millones, seiscientos mil ciento sesenta pesos) por lucro cesante; y $150.000.000 (ciento cincuenta millones de pesos) por daño moral, a la cónyuge y cada uno de los 4 hijos de Joaquin Arnolds Reyes.
La sentencia de la Corte Suprema confirma la responsabilidad de la Fuerza Aérea (Fach) por falta de servicio en la planificación del vuelo que despegó con menor reserva de combustible debido a sobrepeso. Además de los hechos consignados:
- El avión Casa - 212 despegó con un sobrepeso de, a lo menos, 164 kilos.
- Funcionarios de la demandada dispusieron que se retiraran del avión los estanques sub alares de combustible, en razón del ya mencionado exceso de peso.
- Una menor disponibilidad de combustible derivó en que la autonomía de vuelo del avión, también disminuyera, situación que se vio acrecentada con las condiciones del viento, que generan un consumo mayor. Con ello, en caso de dificultarse el aterrizaje, la nave estaba impedida de volver a Santiago o siquiera dirigirse exitosamente al aeródromo de Viña del Mar, fijado como alternativa.
- El plan de vuelo elaborado por el Teniente Juan Pablo Mallea contenía errores en cuanto a la cantidad de combustible cargado y, consecuentemente, la autonomía de vuelo, altura máxima, naturaleza – civil o militar – de la misión, además de omitir la circunstancia de tratarse de un vuelo planificado con punto de no retorno.
- Ninguno de los miembros de la tripulación acudió personalmente a la oficina de meteorología para pedir la información concerniente al vuelo, revisar o percibir personalmente las condiciones climáticas. El Teniente Juan Pablo Mallea hizo consultas al previsionista meteorológico, pero sólo telefónicamente y varias horas antes del despegue.
- En el aeródromo de destino, la información fue obtenida de la estación meteorológica disponible en la isla, pero distante a kilómetros de la pista de aterrizaje y que es recabada en base a una cámara y una manga de viento. Para el caso de las nubes, se toma como referencia los cerros y la apreciación personal de un cuidador, que no cuenta con la calificación suficiente para estos efectos.
- Los vientos anunciados oscilaban entre los 15 y 25 nudos. Los efectivamente constatados fueron por sobre los 35 nudos, arrachados, en varias direcciones, especialmente en el canal que se forma entre la isla Santa Clara y la isla Robinson Crusoe.
- Al momento de arribar a la isla, la nave sobrevoló la pista de aterrizaje, hizo un giro que la condujo al canal antes mencionado, sobrevolándolo a una baja y riesgosa altura, lo cual, sumado al efecto de los vientos, provocó una inestabilidad que no fue posible revertir, provocándose el accidente y el fallecimiento de todos los ocupantes", enumera el fallo.
La resolución agrega que: "los hechos reseñados, analizados a la luz de los deberes de acción y planificación que pesaban sobre la tripulación del Casa – 212 y el mando de la Fach, permiten concluir la existencia de una falta de servicio de la demandada, puesto que se actuó de manera defectuosa, en inobservancia a la normativa que resultaba obligatoria y que establece obligaciones precisamente dirigidas a la seguridad y eficiencia del vuelo; como también se incurrió en omisiones respecto de la recopilación de información esencial y necesaria para aproximarse a un lugar de destino conocidamente problemático por sus condiciones meteorológicas".
El dinero está destinado los familiares de Joaquín Reyes, -a su cónyuge y cuatro hijos- una de las víctimas del fatal accidente aéreo, en el que también murió el animador de televisión Felipe Camiroaga.